La importancia de lavar las brochas de maquillaje

¿Cuándo fue la última vez que lavaste tus brochas de maquillaje? Cuidar nuestra piel es un trabajo de consciencia, más que otra cosa. A veces, podemos olvidar que son los pequeños detalles los que hacen la diferencia. Por eso, si la respuesta a nuestra pregunta es no me acuerdo o –peor, nunca; que sirva esta entrada como un recordatorio de porqué deberías lavar tus brochas de maquillaje con frecuencia.

Brochas de maquillaje sucias

Tu piel será la única perjudicada de no lavar tus brochas de maquillaje

Si empezaste una vida de selfcare, lo más probable es que estés invirtiendo un montón de tiempo y dinero en numerosos productos especializados para tratar tu piel y sacar lo mejor que hay en ella. Pero todo esto pierde el sentido si olvidas que la limpieza es primordial.

Y no, esta vez no hablamos de la higiene de tu piel… O, mejor dicho, sí. Pero esta sería una consecuencia de mantener tus brochas y esponjas de maquillaje limpias.

 

¿Qué pasa cuando no lavas tus brochas, pinceles o esponjas de maquillaje?

  • Reducirías su eficacia y su vida útil.
  • Tu maquillaje se oxidará más rápido por la rotación de bacterias entre uno y otro.
  • Se convierten en incubadoras de bacterias que llevarás a tu cara.
  • Al estar humedecidas diariamente, pueden verse infectadas de moho.
  • Pueden infestarse de insectos

 

Pero, ¿y a tu piel?

Si no procuras lavar tus brochas de maquillaje con frecuencia ella será la única afectada:

  • Tus poros se verán obstruidos.
  • Podrías desarrollar o potenciar el acné.
  • Tu piel podría reaccionar e irritarse por el uso de cerdas sucias y/o duras.
  • Podrías desarrollar una infección en tu rostro por las bacterias que traes a tu piel.

 

La realidad es que quitar la suciedad de esponjas, brochas y pinceles de maquillaje es muy sencillo, ya que ni siquiera necesita productos caros; tan simple como utilizar agua tibia y jabón para que casi cualquier residuo desaparezca y así mantener lejos las bacterias. Lo verdaderamente importante aquí es la constancia del hábito.

Así que ya sabes, para que tus brochas y esponjas no se conviertan en enemigas de tu piel, procura lavarlas cada 7 ó 10 días, máximo una vez al mes. De esta manera te asegurarás de mantener las bacterias a raya y podrás disfrutar la sensación de suavidad y limpieza en tu rostro al maquillarlo.

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